Ser instructor II

A veces relaciono las criticas con inodoros y con el sonido que hacen cuando bajas la palanquita de baldeo. Y lo relaciono así pues las criticas vienen, generalmente, de gente que me recuerda al objeto que inicia su recorrido al mar de Grau por ese camino.
Yo asimilo los consejos dependiendo de la persona que me los dice, es decir, jamas aceptaría que mi abuelita me diga como debo patear el balón en la pena máxima del fútbol.
Pero hay criticas y consejos dignos de ser escuchados. Esos que vienen de gente inteligente y capacitada, gente que merece confianza y respeto, gente que sabe por qué abre la boca y no les salen batracios ni anfibios cuando lo hacen.
El tema es que mi primera entrada en el blog está, no necesariamente, hecha en un contexto negativo. Así que, con animo de objetividad y a modo de reivindicación, he aquí la segunda (y ultima) parte.

Sabía que el daño muscular aumentaba el metabolismo.
Sabía de aducción escapular y de músculos en sinergismo.
Lo sabía por que durante todo ese tiempo lo habia aprendido
pues la experiencia no es nada si la teoría no has vivido.

Sabía de conceptos básicos y de desequilibrios musculares.
Sabía que los glúteos eran los músculos mas gruesos.
Lo sabía por que es un concepto básico de entrenamiento
y lo que pones en practica no sirve si no tuviste el conocimiento.

Sabía que la congestión muscular era la clave del progreso.
Sabía de fuerza máxima y de hipertrofia miofibrilar.
Lo sabía por que mis manos también tocaron mancuernas
y por que para hacer esto fue buena idea estudiar.

Lo que no sabía era como tenía que atender al cliente.
No sabía que existían tantos tipos de gente.
Tampoco sabía lo que era tener que llegar temprano
ni saludar a todos ni olvidarte las penas durante el trabajo.

Lo que no sabía era que el ambiente podía ser amargo.
No sabía que me tratarían de acuerdo a mi trato.
Tampoco sabía que debía trabajar más de lo acordado
ni sonreír siempre ni lavar lo que la gente había ensuciado.

Ahora que lo sé doy gracias al tiempo que he trabajado.
Agradezco por que he conocido más gente de la que hubiera pensado.
Ciertamente siento que durante este trabajo he madurado.
No me puedo quejar, no la he pasado tan bien pero tampoco he llorado.

Punto final a esta primera parte en honor a que mi renuncia al trabajo es tan inminente como mi entrega total a la preparación para la universidad.
Pero sé que todo lo que he aprendido me servirá mas adelante. Gracias!

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
beto hermoso post sobre tu laburo...

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