Los últimos días de la democracia III

"Los ricos pueden vivir con un estado corrupto que no funciona, los pobres no." - Steven Levitsky (destacado politólogo especializado en América Latina), durante una charla en la PUCP una semana antes del debate presidencial.


Análisis personal del proceso electoral actual: Habla el pueblo

El Perú es un país polarizado donde los extremos de la clasificación de los niveles socio económicos son completamente opuestos. Además, posee un voto electoral muy sensible que varía de acuerdo a algo difícil de comprender y que puede depender del estado de ánimo, de los valores, de los sentimientos, de la dignidad y de cuánto dinero haya en nuestros bolsillos. Esta clasificación se presta para entender hasta cierto punto qué fue lo que pasó para que la segunda vuelta la integren los peores candidatos que el Perú haya sufrido.

La clasificación socio económica puede imaginarse como un rombo (la estructura piramidal queda descartada por la reducción de la pobreza) cuyo extremo superior tiene al sector A y el extremo inferior al sector E, mientras que el sector C es la parte media del rombo. Los sector B y D ocuparían un lugar más amplio que los sectores A y E pero más pequeño que el sector C, aunque en los últimos años el sector D está creciendo a expensas del C y el E.

Clasificación socio enconómica tipo rombo
Ahora, el voto de clases (no entraré en detalles), un voto cambiante en el ancho y diferente en los extremos, puede ser que se haya distribuido de la siguiente manera:

Sector A: Pequeña minoría, aproximadamente el 5% de la población y exagerando. El sector de mayores ingresos económicos y mejor ubicación social. Probablemente el voto de este sector se dividió entre los tres candidatos que representaban una misma plataforma y quedaron fuera de la segunda vuelta.

Este sector formó parte del grupo que puso el grito en el cielo y las lágrimas en el hígado cuando no ganó su candidato. Optaron por echar la culpa a aquellos sectores por los cuales ellos existen, es decir, aquellos sectores que albergan a las personas por las cuales estos se creen superiores sin entender que si no fuera por estos “ignorantes”, se matarían entre ellos.

Lo más increíble es que las personas que conozco de este sector, han dividido sus opiniones: unos se han proclamado anti Fujimoristas y otros están en contra del candidato nacionalista. Unos con más razones que otros, claro, pero es resaltante que algunos puedan ir en contra de su conveniencia para elegir motivados por la dignidad y la memoria.

Hasta aquí ya tenemos 0% para Humala, 0,5% para Fujimori, 2% para Kuczynski, 1.5% para Toledo y 0.5% para Castañeda. Probablemente 0.5% no le dio la gana de votar o estaba de viaje.

Sector B: Representa aproximadamente al 15% de la población. El voto de este sector probablemente haya tenido el mismo destino que el del sector A, sin embargo supongo que no completamente. El sector B está conformado por aquellas personas que por cuestión de ingresos no están en el sector A pero que conviven muy de cerca y se identifican con sus ideas y estilo vida.

Las personas que conozco, incluido familiares, votaron por los candidatos del sector A y también por la hija del dictador. Hasta la primera vuelta, el voto por el candidato nacionalista en este sector era casi nulo. 

Hasta aquí ya tenemos 1% para Humala, 3% para Fujimori, 6% para Kuczynski, 5.5% para Toledo y 4% para Castañeda. Probablemente 0.5% no votó porque no cree en la política o porque prefirió ir al gimnasio.

Sector C: Otrora mayoría que representa aproximadamente el 30% de la población. La clase tradicional. Sector con el que identifico al común denominador la gente que me rodea. El voto en este sector fue repartido entre todos los candidatos debido a la gran cantidad de ideologías que aglomera.

Este sector es, en una sola palabra, Lima. Es la ideología de los pobladores de la capital que mueven el dinero del país. Podemos decir que el voto de este sector terminó en el mismo orden en el que terminaron los candidatos pero al revés. Lima decide siempre lo contrario a lo que decide el resto del Perú. Esto demuestra que vivimos en un país centralizado y polarizado, que Lima es una burbuja mientras que todas las demás regiones son agujas afiladas.

Hasta aquí posiblemente tendríamos 5% para Humala, 10% para Fujimori, 15% para Kuczynski, 11% para Toledo y 8% para Castañeda. Probablemente 1% no votó por ninguno porque le da igual quien sea el presidente.

Sector D: Nueva mayoría según los últimos estudios, representa aproximadamente el 35% de la población. Sector de la micro economía emergente. Este grupo social definió la primera vuelta. Sector pobre pero consciente de la realidad nacional, consciente de que la política peruana es un zoológico lleno de corrupción y anti valores que le hacen daño al país. En este sector es más clara la idea de un cambio, la idea de un gobierno para ellos también, para ellos que pierden su calidad de vida para que nuestros hijos tengan una.

Hasta aquí es más seguro tener un 20% para Humala, 19% para Fujimori, 19% para Kuczynski, 16% para Toledo, 9% para Castañeda y un 2% para aquellos que no llegaron a su local de votación porque estaba muy lejos, o cerrado, o que no votaron porque estaban trabajando, porque los domingos también trabajan.

Sector E: Minoría que representa aproximadamente el 15% de la población. El sector de la extrema pobreza. El sector que está en contra del sistema actual, que no saben qué es pero como ellos siguen igual de pobres están en contra de eso y de todo lo que el gobierno represente. El sector para el que los candidatos siempre prometen pero que nunca gobiernan. Personas completamente iguales a ti y a mí, aunque no lo creas.

Hasta aquí nos quedamos con 32% para Humala, 24% para Fujimori, 19% para Kuczynski, 16% para Toledo y 9% para Castañeda, dentro de los votos válidos. Sin contar el 50% del voto extranjero que no se contabilizó, los votos blanco/viciado, y los votos de las personas que no votaron por diferentes motivos.

Quedan claras varias conclusiones:

-Los candidatos de los sectores D y E están en la segunda vuelta. Esto seguirá sucediendo hasta que se reduzca a su mínima expresión el porcentaje de la población que representan.

- No ha ganado la mayoría, la mayoría se dividió y perdió. Ha ganado el voto de una cantidad considerable de ignorados que algunos creen que son ignorantes porque no saben usar Facebook.

- Ollanta Humala no es el problema, es un síntoma que ya tiene varios años, que demuestra que los últimos dos gobiernos no han curado al país sino que han dilatando la enfermedad de la indiferencia.

-Keiko Fujimori es la representante del voto que ganó su padre a base de un gobierno tan malo como bueno.

Ahora tenemos que votar por uno de estos dos o por ninguno, ambos son totalmente deplorables, eso es lo que tenemos más claro, pero este es el resultado de continuar con la política de las clases sociales, del racismo, de la discriminación, de la centralización y de la explotación en general. Esto es lo que tenemos por nuestra propia culpa, por creer que por darle unas monedas, comida enlatada y ropa usada a una persona de escasos recursos va a votar por alguien como Kuczynski, Toledo o Castañeda.

Siguiente y último análisis: ¿Humala, Fujimori o yo?

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Cuándo el cuarto. ya estas tarde para convencer. avisas.
Rubenz Casabona ha dicho que…
Buenos análisis los anteriores! muy fieles al estilo Betún xD!

Entradas populares de este blog

Torociones

Veintiséis de noviembre del dos mil diez

Lección de humildad. Capitulo cuatro.