El origen de los polvitos mágicos.


Holaquetal.

Esto va para todos aquellos que siempre se han preguntado qué pastrulada es esa de los polvitos mágicos que hago con la mano siempre que alguien se ha golpeado o le duele algo para, de alguna manera, calmar mágicamente su dolor (a veces funciona). Espero que luego de esto no me anden preguntando por qué hago eso, es más, espero que luego de esto nadie crea que soy un idiota por hacerlo.

A continuación pondré dos fragmentos de las tantas cartas que suelo intercambiar con mi primera enamorada que vive en San Diego. Solo para hacerle una pequeña presentación, ya que dudo mucho que alguno de ustedes (mis queridos lectores) la conozcan. Ella es la que se ganó mi cariño exactamente luego de mi mamá y antes de mi profesora de literatura, por su culpa escribí "tin" en lugar de "fin" en mi primer cuento y reprobé. Ella aprobó, lo recuerdo bien. Ese mismo día descubrí lo que es odiar y querer a la vez. Ella es la persona que liberó de sus capullos a las mariposas de mi estomago y me hizo ver a las chicas de una manera diferente, ya no como un nido de piojos o seres de otro planeta sino como personas que piensan, sienten y se creen mejores que nosotros cuando no lo son. Somos todos iguales, no? En tin, digo, en fin.

Fragmento de mi carta:


< .. y resulta que luego de hacer lo que tenía que hacer decidí ir a ver el antiguo colegio para rellenar un poco mi cabezota de esos sublimes momentos que me recuerdan los motivos del por qué aún no me he suicidado ni cortado las venas con corta uñas ni nada, llegué al cole y me quedé parado en la esquina del frente tratando de visualizar una salida de un día cualquiera todo lleno de movilidades, chompas rojas y mochilas con rueditas, y mientras seguía imaginandome a la gente iba entrando al cole y hasta pedía permiso a las personas que me imaginaba así, recontra aluciando. Lástima que no pude entrar porque no había nadie, pero igual me fui para el parque de la parroquia y te juro que vi una parejita de mocosos cazando abejas, estaba tan concentrado viendolos que me tropecé con ese hidrante que tantas veces me noqueó el pulgar del pie izquierdo, bueno, ese día lo volvió a hacer.


Y así lleno de dolor y de recuerdos se me vino a la maldita memoria esta que tengo esa vez cuando estabamos jugando en el parque de la parroquia atrapando abejas entre las flores con las chompas del uniforme para darle de comer a los bichos esos del lavoratorio. Cuando de repente sentí una punzada en el brazo que me hizo ver a Judas tolaca bailando ula-ula, me quedé sentado y soporté indomitamente ese dolor porque tú estabas ahí y no quería que me veas llorar así que evité gesticular cualquier mueca que pueda mostrar el dolor que sentía mientras pensaba qué hacer para que no te des cuenta. Recuerdo que no pude aguantar el dolor por más tiempo (cinco segundos) y me tiré al pasto mientras me revolcaba de un lado a otro, mordiendome los labios con los ojos volteados. Lo recuerdo como si hubiera sido ayer, bueno, antes de ayer. Me dolía tanto porque tenía no sólo el aguijón de aquella vengativa abeja clavada en el brazo sino también a la abeja intentando zafarce de su mortal método de defensa. Me miraste, sonreíste y te arrodillaste a mi costado. Sacaste a la abeja con cuidado, yo seguía con mis muecas y hasta lágrimas tenía. No puedo mentirte porque tú estabas ahí y sé que lo recuerdas tan bien como yo. Bueno realmente nunca he podido mentirte. Pos pa qué te digo que no si sí. Recuerdo que no había nada para echarme en la herida así que trataste de limpiarme con tu casaca y un poco de agua. Estabas tan preocupada que no parecía mi dolor sino el tuyo. No sabías qué hacer al ver que no me pasaba el dolor así que pusiste tu mano a la altura de la picada e hiciste como si tiraras algo con tus dedos tres veces sobre mi brazo mientras me decías que eran polvitos mágicos.

"Polvitos que?" - Te dije, como si hubieras dicho algo en mandarín.
"Polvitos mágicos" - Me dijiste sonriendo. Como quien dice algo que es obvio.
Y realmente funcionaron porque yo me eché a reir como loco. ¿Polvitos mágicos? No se te pudo ocurrir otra cosa? .. >


Fragmento de su carta:

<.. ahora, si de regresarle cosas a la memoria se trata y más aún de regresarle cosas que nos recuerdan los motivos por los cuales aún no nos hemos suicidado, responderé con imprudente nostalgia a tu memoria con mi memoria porque las cosas que no se guardan es porque no existen y ese día lo tengo clarísimo, tanto ese como muchos otros.
Y me digas que ya no recuerdas cuando estabamos en el recreo grande y decidimos jugar a correr y atrapar en grupos de chicos contra chicas, tú siempre me atrapabas al toque y luego era mi turno de atraparte pero siempre corrías mucho más rapido que yo, corrías mucho más rápido que cualquiera y nunca pude alcanzarte, hasta que ese día me tocaba atraparte y corrí para hacerlo y tropecé y me caí mal y me raspé una rodilla y un brazo, y me quedé alli en el suelo vencida y adolorida, la más dramatica, y no sabía dónde meter la cabeza para que no me vean las lágrimas mientras esperaba que me pase un poco el dolor. Entonces te acercaste y me miraste mientras yo trataba de esconder mi rostro con mi cabello. Te agachaste un poco y esperaste que yo levantara un poco mi rostro para preguntarme si estaba bien.
"Sí" - Te dije sin mirar hacia arriba pero ya con el rostro descubierto.
"Quieres polvitos mágicos?" - Me preguntaste tierno y preocupado como si mi vida dependiera de ello.
Y yo no podía ni hablar, pusiste tus manos frente a mi para ayudarme a levantar y, mientras me sacudia el polvo con una mano, dijiste que ya había ganado porque tenía mi mano en tu brazo.
"Mira, me atrapaste" - Dijiste feliz como si tú me hubieras atrapado a mí y con eso hubieras ganado el juego. Y vaya que lo hiciste. Digo, atraparme. Me dejaste sin palabras. No sabía que hacer. No pudiste ser más lindo? .. >

He ahí damas y caballeros la historia algo accidentada acerca del origen de los polvitos mágicos tan usados por mi como analgésico antiinflamatorio para calmar las aflicciones físicas de mis amigos más torpes.

Es todo por hoy. Cambio y fuera.

(ustedes creían que pondría tin.. pues no! Jaja. Se las hice!)

PD. En serio.. ya viene Cartas de Soledad. No me presionen.
(A quien le hablo?)

Comentarios

Jennifer ha dicho que…
Este es uno d los mas lindos. Cuesta un poco creer q eras asi, pero es vdd xD... q vivan los polvitos magicos.. y q ya venga cartas de soledad!

Entradas populares de este blog

Torociones

Veintiséis de noviembre del dos mil diez

Lección de humildad. Capitulo cuatro.