Ahora ya lo saben II

Hola.

Seré sincero e iré al grano, igual no sé cómo ser de otra forma ni hacia dónde más ir en momentos así. Primero que nada no he estado escribiendo en el blog porque ando de "torociones" (recuerdan?) así que, cansado de no hacer nada, me enrrolé nuevamente en la maravillosa aventura que es trabajar, y regresé a aquel lugar donde trabajé hace un año aproximadamente. Sí, aquel lugar donde descubrí el significado de la vida cuando vi la cantidad de dinero que depositaban mensualmente en mi siempre flagelada cuenta del BCP, entre otras cosas, y algo más. 

Luego, este trabajito es fácil pero sumamente agotador y ando con la cabeza en otro lado, realmente no sé dónde la he dejado. En fin. Heme aquí una vez más sentado en este escritorio que seguramente nunca me extrañó ni a mí ni a los montones de papeles que vuelvo a poner en él. Interminables torres de blanquísimas hojas bond A4 que, junto a tantas facturas, detracciones, retenciones, recibos, declaraciones, boletas y demás papeleo, terminan hundiéndome en la más absoluta miseria laboral. Eso hasta que termina mi labor diaria. Luego resucito, luego de ver, claro está, mi lindo cheque.

También, el trabajo es el mismo pero el trato es diferente, ahora que sé lo que tengo que hacer y que la gente ya me conoce hasta me han dado un uniforme para el campeonato de la empresa con mi nombre y todo. Ahora me dan desayuno, almuerzo y movilidad. ¿Qué más puedo pedir? Bueno, ya que lo preguntas, quiero una secretaria sueca que no hable ni pío de español, un asiento más comodo y reclinable, un control remoto personal para el aire acondicionado, alguien que me haga masajes las veinticuatro horas del día y un Camaro sin chofer en la puerta de mi casa cada mañana. Claro que, en su defecto, podrían darme solamente un lapicero con el logotipo de la empresa y unos cuantos post-its de colores como el año pasado. Créanme que los usé con sabiduría.

Ahora les dejo algunas tiras del gran Andrés Edery para que conozcan más a sus personajes (a pedido de algunos) y se entretengan un rato viendo cómo son las cosas en algunas oficinas como en la que yo trabajo. Mastíquenlas bien. Ríanse mal.

Si no viste "Ahora ya lo saben" puedes darle click aqui y entender un poco más esta entrada.

La verdad es que ando con la pensadora nivel crisis existencial sumada a una depresión post-estrés-traumático, a un desequilibrio rítmico en mis latidos y a una que otra preocupación más, así que no me pidan nada hasta abril. Se acabó.

Que les vaya bien.