Un tiempo en el viaje I

Aproximación autobiográfica conmemorativa.

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Le pedí a algunas personas que escriban sobre mí y elegí algunos fragmentos para alternarlos con párrafos de eventos importantes en mi vida. Este es el primer resultado.

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Tiene un sentido innato del idealismo y la moral, pero lo que lo diferencia de los idealistas promedio es su determinación, verlo concentrado en resolver algo paltea. 

(Abril, 1989) Mamá es tan organizada que programa su parto para el viernes siete en la mañana. -¿Vas a entrar? -le pregunta a papá en la puerta de la clínica. -No -responde-, voy a trabajar, acá te dejo. Están separados, pero eso es lo de menos, mamá puede con absolutamente cualquier reto. La abuelita llega y también el médico. -Enfermera -dice-, prepare a la paciente para una inducción. El  enorme reloj de la sala de parto indica contracciones a las diez y cuarto. Cinco minutos después ya estaba dando a gritos mis primeras críticas a la sociedad y al libre mercado. Impresentable como siempre, le pido a las enfermeras que me lleven a estrenar mi higiene y ellas aceptan amablemente. -Lo único que quiero es ver a mamá- le digo a una, mientras que las demás me hablan como si en el banco tuviera una fortuna. Limpio y con una elegante bata verde llego a un cuarto privado con jardín y una catarata artificial, cuyo sonido relajante prepara el ambiente donde la paciente espera impaciente. No hay apuro, estaremos aquí dos días más y lo único que nos espera en casa es lo que disponga el impredecible futuro.

Ayudar a los demás es su objetivo en la vida, pero su verdadera pasión es llegar al fondo del problema para que las personas no tengan que ser rescatadas y más bien lo rescaten a él. 

(Marzo, 1994) Llevo la maestría en cortar papeles y pegar con goma en el nido Los Sauces, en Surquillo, de donde mi abuelo me recoge todas las tardes en su Dodge Polara del sesenta y cuatro, siempre con un Jet de vainilla en la mano y una gorra en la cabeza. Su carro es tan grande que si me siento como ser humano lo único que alcanzo a ver es la guantera, pero como estamos solos me puedo sentar encima de mi mochila sin que mamá lo sepa. -¿Cómo te fue, oye, bandido? -pregunta. -Muy bien -respondo, porque tengo un helado en la mano y es todo lo que me importa, -¿y a ti, abuelo? -agrego. Él sonríe. La verdad, abuelo, es que hay un niño que me empuja en el recreo y patea mi lonchera de Mickey Mouse sin motivo, haciendo que su contenido se esparza por el patio, pero no sé si sea buena idea decírtelo porque eres un tipo duro y no quiero que pienses que tu nieto es un pequeño tipo débil. De regreso siempre pasamos por una esquina donde hay una casa abandonada e imagino que ahí vive ese niño y que sufre mucho y que por eso se desquita conmigo y lo único que se me ocurre es que ojalá algún día podamos ser amigos.

Habla con suavidad, pero sus opiniones son muy sólidas y las usa para luchar sin descanso por una idea en la que cree, hasta que se distrae con cualquier cosa.

(Agosto, 1998) Tropiezo y Bonnie me alcanza y me lleva directamente a la cárcel, al otro lado del patio. Lo que no sabe es que lo hago a propósito, aunque Franco y Rodrigo se molesten conmigo. El colegio Cristo Salvador es el lugar donde hago el doctorado en leer y escribir, pertenece a la orden de los frailes menores capuchinos, pero no hacen café con leche, eso no es para niños. Luego del segundo recreo me llaman y me llevan a un salón donde hay alumnos de todos los grados. Me dan un papel y me llevan a recepción, donde papá me espera para irnos a pesar de que todavía no es la hora de la salida. No entiendo nada y nadie me explica el porqué tengo la extraña sensación de que nunca más volveré a estar en el patio donde los policías y los ladrones son amigos. Subo a su Datsun Stanza del ochenta y dos experimentando una inexorable nostalgia y la abrumadora intuición de que no podré dejarme atrapar nunca más ni hacer enojar a nadie aquí. A la semana siguiente ya estaba sentado en un pupitre de otro colegio, rodeado de policías y ladrones que no conozco, pero que voy a tener que conocer.

Decidido y de carácter fuerte, no usa su energía en beneficio propio para sacar ventaja de su creatividad, sensibilidad y convicción si no es para crear equilibrio, excepto cuando quiere lo contrario.

(Julio, 2004) Chelita no sabe lo que va a pasar, es algo que no puede oler ni percibir. Han sido seis meses de purito amor y eso hace que el corazón se me parta en mil, pero no tengo opción: papá se va a Huaraz y en casa no tengo espacio ni para mí. Cuando André tocó mi puerta con una mano y con ella en la otra, las lineas oscuras que cruzaban sus ojos pardos me enamoraron automáticamente. Era un regalo para alguien que al final no pudo tenerla, aunque sabíamos que eso iba a pasar, él solo quería impresionarla. Después de caminar desde La Molina hasta Surquillo, se quedó dormida y no volvió a dejarme sin su presencia hasta que yo tuve que dejarla sin la mía. La veterinaria está a una cuadra de casa y lo único que deseo es que alguien se haga cargo de ella como yo quise hacerlo. La dejo y empieza a llorar apenas volteo, no es tonta, cuando tenía hambre y no tenía dinero me pedía salir al parque para comer palomas. Regreso y acaricio sus pelos de oro por última vez. Chelita aúlla hasta que la distancia hace que no la pueda escuchar. Espero que algún día, por lo que más quiera esa naricita húmeda, me pueda perdonar.

Le es fácil establecer relaciones con los demás y tiene un talento especial para usar palabras cálidas y sensibles con las que habla en términos humanos en lugar de con la lógica pura y los hechos, pero prefiere lo contrario.

(Agosto, 2008) Rosita lleva semanas tratando de convencerme de hacer un blog para publicar los textos que tengo en Hi5, MySpace y Facebook. -Escribes muy bien -dice, con la sonrisa inefable de siempre, y los halgados son algo que nunca sé cómo responder. Ella tiene el extraordinario talento de hablar sonriendo por más largo que sea lo que dice y un tono de voz al que solo puedes obedecer. -Deberías tener un blog para que todo el mundo lea lo que haces -agrega, ante mi negativa silenciosa. De repente no es mala idea, después de todo siempre he soñado con publicar algo en algún momento de mi vida. Me tomo un tiempo para repasar los textos a los que se refiere y me empieza a parecer inviable su propuesta. ¡Son malísimos! -No importa -agrega-, irás mejorando, lo importante es que lo hagas. Elijo Blogger en lugar de Wordpress y pienso que este es el primer paso al Nóbel de Literatura, mientras me imagino en Estocolmo, recibiendo la estatuilla dorada de manos del mágico Gabriel o del gran Mario.

Es un tipo naturalmente extrovertido, pero la mayoría del tiempo es un niño introvertido que necesita espacio para él con el fin de reconsiderar la utilidad de su propia naturaleza.

(Noviembre, 2008) Me atrae su personalidad y siento que la conozco más tiempo del que existe en el universo. Entro a Messenger solo para hablar con ella, que es una sonrisa hermosa en la pantalla y letras en las que pienso mientras me convierto en un galán virtual por un momento. -Voy a Lima con mi familia -dice, y mi corazón se convierte en un cubo de hielo. No estoy listo, no me siento seguro de mí mismo y odio mis dientes. Tengo miedo de que no le guste porque, aunque solo la he visto en fotografías, ella me gusta. Llega a Lima y me muero por ver si su piel es realmente canela, pero mi inseguridad me hace pensar que es mejor mantener en misterio mi existencia. Termina el fútbol de los sábados y al salir del colegio la vida decidió que nos crucemos con el grupo de amigas que salió con ella. Sé que está ahí y sé que estoy sudado, así que me paso de largo para evitarla, pero la reconozco inmediatamente y mi corazón enloquece. Manos en los bolsillos de la casaca jean y un pantalón acampanado que odio, pero que ahora amo porque ella lo tiene. Ella está aquí, es real, y la veo pasar en cámara lenta mientras pierdo el sentido del tiempo y la oportunidad de decirle que, por favor, pierda su próximo vuelo.

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