Reina el absurdo IV

Sí, estamos cansados de que se siga con el círculo vicioso de una democracia deficiente y mediocremente representativa, (los estudiantes) estamos llamados a ser parte de una fuerza política juvenil y renovadora. Si agitas por agitar eres una pieza más de un político tradicional. Vamos a proponer a los políticos una nueva alternativa de país. Basta ya de solo romper ventanas y golpear a policías que como nosotros también tienen sus contradicciones - Pedro Pacheco Sullón

Vía: Iván Álvarez

¿Alguien sabe de qué está hecha la esencia de los peruanos? La esencia, o sea, el conjunto de características para que algo o alguien sea lo que es, el principio fundamental de la composición de los cuerpos, lo más puro. Eso que hace que seamos nosotros. ¿Será que en nuestro interior somos conformistas? ¿será que nuestro código genético nos impide abandonar un razonamiento acomplejado de tercer mundo? ¿será que estamos destinados a vivir encerrados en la burbuja de la mediocridad? Conformismo, complejo, medianía. No logro comprender por qué los peruanos no entendemos que en materia de educación y administración pública estamos en la más profunda oscuridad.

Hoy, en Chimbote, Loreto y La Libertad, así como otros días en Arequipa, Trujillo y Chiclayo, muchas personas salieron a las calles para protestar (algunos llegaron a provocarse sangrados) contra la Ley del Servicio Civil, afirmando que de aprobarse comenzarían despidos masivos (como en la época de Fujimori), serían recortados sus beneficios laborales (como el bono por sepelio o las libertades sindicales) y los futuros gobiernos podrían meter a su gente (afirmó Lescano). ¿Será que cada uno de los protestantes se dignó en leer la cuestionada ley? ¿será que al menos intentaron consultarlo con algún especialista en leyes? ¿o será que solamente salieron a protestar por orden de quien firma sus sueldos? Quiero decir, ¿acaso estamos todos felices con la estructura y con el funcionamiento de la actual administración pública? Si la respuesta es negativa, ¿por qué protestar ante, por lo menos, un atisbo de cambio?

La ley ya ha sido promulga, sin embargo, tiene 30 días para que se realicen observaciones y hasta seis años para entrar en vigencia mientras el gobierno encuentra la mejor forma de aplicarla. ¡Seis años! La ley tiene errores lógicos (como eso de que solo el 10% de los trabajadores civiles puede ascender por rendimiento distinguido) y tiene que adecuarse para no ser radical. Tiene que adecuar, por ejemplo, el hecho de que los trabajadores de entidades como BCR, Contraloría y Congreso, entre otras, no se vean afectados por la ley, cuando ellos deberían ser los primeros en acatar dicho proyecto por tratarse de representaciones que sustentan la democracia en el país. Parece un hecho que a los peruanos nos gusta quejarnos, pero no nos gusta el cambio. ¿Acaso no nos damos cuenta de que la idea de protestar es para lograr un cambio? Tal vez estamos destinados a ser los títeres de quienes realmente manejan el Perú para obtener intereses personales a costa de nuestra propia dignidad.

Por otro lado, lo que pasó en la avenida Abancay es inverosímil. Jóvenes estudiantes universitarios. Acá hago una pausa para asimilar el contexto: jóvenes/estudiantes/universitarios. Cualquiera que lee estas tres palabras las relaciona automáticamente con todo lo contrario a los que sucedió en Lima esta tarde. Policías intentando controlar a un grupo de idiotas que fueron a protestar 'pacíficamente' con palos y piedras, restaurantes cerrados al medio día por los gases lacrimógenos y servicios de transporte detenidos por el bloqueo de sus vías. ¿Qué culpa tienen los pequeños empresarios que tuvieron un día de pérdida? ¿qué culpa tienen las personas que viajaban en el Metropolitano? ¿qué culpa tienen ustedes, estudiantes, de arriesgar sus vidas mientras sus profesores y directivos estaban cómodamente mirando cómo el gas tapaba sus siluetas en la calle? Qué van a saber, si no tienen ni idea de por qué hicieron todo lo que vivieron hoy.

La Ley Universitaria (a cargo del congresista Daniel Mora) busca cambiar una estructura que sostiene una educación degradada como la nuestra. Uno de los motivos de la protesta es la creación de la Superintendencia Nacional de Educación Universitaria, ente que reemplazaría a la Asamblea Nacional de Rectores (ANR) luego de los sesenta días de promulgada la ley. Los protestantes aducen que este cambio le quita autonomía a las universidades. Autonomía, interesante palabra. Con autonomía me imagino que se refieren al control independiente que tiene sobre las universidades la ANR, organismo que se supone que supervisa la calidad educativa y fiscaliza el uso de los recursos de las universidades. Cabe recordar que durante 2012, las universidades privadas no ejecutaron 1.060 millones de soles de presupuesto, lo cual representa un retroceso en la inversión de recursos usados en 2011 de 78.1% a 73.3%. Entones, ¿la ANR lo está haciendo bien?

Esta ley es rechazada por la ANR porque significa el fin de los rectores enquistados en el poder. Con la nueva ley los rectores serán elegidos de manera personal y secreta por los docentes, alumnos y graduados. Quien quiera ser rector deberá tener un doctorado que no sea por grado honorífico, ser docente ordinario por no menos de quince años y tener un expediente libre de sentencias por delito doloso. Además, con la nueva ley, los profesores condenados por terrorismo serán cesados, mientras que los demás homologarán sus sueldos con el de los jueces y recibirán todas las remuneraciones establecidas por ley cualquiera sea su denominación y, por si fuera poco, si es encontrado culpable de cualquier problema de drogas, acoso sexual o apología al terrorismo, será expulsado de la institución.

Hablemos ahora de autonomía universitaria, ahora que ya no habrá más exámenes de grado y la obtención del título será con sustento de tesis, decisión que elevará considerablemente la ubicación de nuestras universidades en las listas mundiales. ¿Acaso cada uno de los protestantes ha leído la ley y sabe realmente lo que significa autonomía universitaria? ¿acaso alguna vez ha vivido una real autonomía universitaria como para exigirla? ¿o acaso acudió a protestar solo porque le dijeron que la nueva Ley Universitaria era una mierda? Mientras la policía, para variar, no podía controlar a la violenta turba, en los quioscos de alrededor podemos ver que Trome, el diario más vendido de Sudamérica, caló la silueta de una generosa señorita que afirmó haber tenido una relación con Ney Guerrero. ¿Por qué no protestamos contra ese tratamiento de la información que idiotiza a los ciudadanos? Los universitarios deberíamos exigir mejor calidad educativa y no ser los títeres de los rectores que están atornillados en sus cargos y no quieren abandonar sus millonarios sueldos.

En el fondo, ambas protestas buscan evitar que se cambie el statu quo (expresión en latín usada para referirse al estado del momento actual de algo) de la estructura y el funcionamiento de la administración pública y la educación universitaria, pero ¿acaso no somos conscientes de que actualmente ambos temas funcionan de la misma manera en que funciona una refrigeradora que no enfría o un horno que no calienta? Es decir, no solo no funcionan, sino que están haciendo todo lo contrario a lo que debería hacer: fortalecer a una sociedad que se está dando cuenta de que la época del terror costó años de desarrollo, pero que con trabajo, esfuerzo y orden se puede lograr recuperar todo ese tiempo perdido. ¿Cuándo vamos a darnos cuenta de que lo que realmente reina en este país es el absurdo? Tal vez en ese momento encontremos la manera de buscar que reinen, no sé, los valores, el criterio, la empatía. Todo aquello que actualmente brilla por su ausencia o ilumina por la rendija de la fe.

Entonces, ¿de qué está hecha la esencia de los peruanos? ¿estamos destinados a sobrevivir en la mediocridad, la viveza y el alpinchismo? ¿podrá el fenómeno económico seguir adormeciendo nuestros verdaderos problemas? ¿lograremos los jóvenes formar un nuevo frente político que reúna los criterios necesarios para darle equilibrio a una sociedad que no sabe lo que quiere? ¿entenderemos algún día que si no cambiamos nosotros, tampoco cambiará el Perú?