Misión Caleb I



Son las cuatro y cincuenta de la tarde del veintinueve de julio del dos mil diez y estamos en la mitad de la nada regresando por fin a Lima en el bus más barato que encontramos en fiestas patrias luego de cuatro nefastos días que, pensándolo bien, volvería a vivir una y otra vez. Tengo un cuadernillo rojo sobre mi pierna y un lapicero que pinta azul, estoy en el asiento del pasadizo y mi compañero del asiento de la ventana parece haber llegado al nirvana con la boca abierta. Estamos cansados. Estamos de regreso. Thanks, God.

“.. la última vez que vi tantas estrellas fue la primera vez que nos abrazamos, y eso que cerré los ojos.. “

Cuatro amigos y yo partimos la noche del domingo veinticinco desde Lima con destino a Nasca (sí, con ese, aunque Word diga lo contrario) para realizar una labor social de la Iglesia en un lugar llamado Bella Vista (asentamiento humano con casitas de esteras, caminos destruidos por la instalación de desagües y ganas de progresar), ubicado arriba de Nueva Villa (pequeño pueblo ubicado en la carretera, al otro lado del río que cruza Nasca) donde una familia nos abría las puertas de su casa y de su corazón cada desayuno, almuerzo y cena, mientras nuestra innecesaria sobrecarga de equipaje, las gordísimas frazadas que nos dieron y las colchonetas donde dormíamos nos esperaban en el piso de la Iglesia del distrito, aproximadamente a dos o tres kilómetros de su plaza, allá, arriba, donde la labor nos esperaba por solo seis soles de ida y tal vez siete de vuelta.

Llegamos a la ciudad de Ica la madrugada del lunes veintiséis en un bus que imitaba a la perfección la turbulencia de un avión. Esperamos un carro a Nasca por casi dos horas mientras confiábamos en que una taza de café con leche subiría los comprobados siete grados de frío que soportábamos resignados en puesto a mitad de la calle, mientras duraba nuestro proceso de congelamiento. Probablemente fue ese frío el que me tuvo resfriado casi todo el viaje. El bus a Nasca demoró casi lo que demoramos de Lima a Ica, pero eso no fue lo más increíble del viaje, que recién estaba empezando.

“.. ver cómo se va el sol siempre es todo un espectáculo, volteo y regreso a la realidad, peor aun ahora de noche.. “

Lo primero que hicimos al llegar a la Iglesia donde nos quedaríamos fue dormir y desayunar. Luego dormimos de verdad. Fue un viaje largo. Estamos perdonados. Nasca es una pequeña ciudad que está pasando tanto por la reconstrucción (por el terremoto de Pisco en el dos mil ocho), como por la construcción y el desarrollo. Su servicio de agua es racionado por horas y hay lugares en los que no llega. Su plaza está rodeada por varios locales comerciales lo que demuestra las ganas de progresar de las personas. Se pueden ver muchos turistas, seguramente por lo de las tan increíbles líneas y otros atractivos turísticos, y una cantidad similar tanto de niños como de perros.

Nuestro plan, como el de cientos de jóvenes más repartidos por casi todo el país, era visitar a personas con escasos recursos tanto económicos como espirituales, para terminar con algunos estudios bíblicos que ya hayan comenzado y ayudarlos a decidirse por el bautismo. Suena muchísimo más fácil de lo que realmente fue. Las casitas que teníamos que visitar en Bella Vista eran casi inaccesibles no solo por su geografía y los trabajos de desagüe sino también por la dureza de los corazones de las personas que tenían todo el derecho a serle indiferente a nuestras palabras de esperanza sabiendo que cuando nosotros nos fuéramos ellos volverían a su realidad que no necesariamente era la realidad que hubieran deseado para sus vidas ni para las de sus hijos.

Hubo de todo. Algunas personas parecían realmente interesadas por saber más acerca de la palabra de Dios, otras ni siquiera se esforzaban por aparentar que nos escuchaban, algunos inclusive mostraban sus peores muecas. Felizmente hubo dos o tres que no solo nos escucharon y pudimos conversar sino que también llegaron a soltar algunas lágrimas sinceras que no eran más que su desesperación por no entender algo que para nosotros era la voluntad de Dios y que ellos querían seguir a pesar de todo. Lo más probable es que el sufrimiento que podamos vivir en algún momento de nuestra vida sean solamente pruebas, pruebas que son, definitivamente, más pequeñas que nuestra capacidad para superarlas. Tal vez la falta de oportunidades hace que creamos que Dios no existe o que se ha olvidado de nosotros, eso es lo más fácil de pensar, lo más mediocre. Poniéndome en el lugar de ellos, no me rendiría para nada, sea cual sea la situación en la que esté, pero tampoco creería que hay un Dios que me está cuidando y protegiendo, sencillamente porque si lo estuviera haciendo no estaría en ese lugar. Así pude entender lo complicado de la tarea que nos encomendaron. Lo complicado de la vida. Lo afortunados que somos algunos.

“.. no quería darme cuenta de esto pero, cuán afortunado soy por todo lo que tengo y qué poco agradezco.. “

Terminamos trabajando con algunos niños del lugar, aproximadamente doce diablitos con los que pudimos cambiar nuestro tiempo jugando con ellos con su tiempo reuniéndose con nosotros. Los convencimos así, con fútbol y canicas, cosa que no pudimos hacer con sus padres porque algunos trabajaban, otros estaban enfermos y otros, sencillamente no tenían las mínimas ganas de saltar las zanjas de los trabajos del desagüe para reunirse con nosotros. Estar reunidos con esos niños fue bueno, a pesar de sus distracciones, los conocimos y ellos nos conocieron, tal vez fue lo único rescatable de todo el viaje. Lo más probable es que nos volvamos a ver más pronto de lo que ellos esperan. Entonces sí les ganaremos en algo, no sé en qué pero lo haremos. Ya lo verán.

Saqué muchísimas conclusiones acerca de la vida, la realidad, la Iglesia, de mí mismo, de muchas cosas. El trabajo que se tiene que hacer en ese lugar es grandísimo, la pobreza espiritual es mayor a la material mil veces, y eso que es aquí nomás cerca a Lima, no me imagino cómo será más lejos. No quiero ni pensarlo. No sé realmente de dónde vienen estos problemas, nosotros hemos venido a tratar de solucionar uno, pero no hemos podido hacer casi nada, el problema parece más del estado, de la calidad de la educación, del trabajo en salud y prevención, de responsabilidad familiar y social, de identificación cultural, no sé, cosas que llegan por información a veces, lamentablemente, selectiva y difícil de obtener para algunas personas, personas que acabo de despedir allá en Bella Vista, personas que recordaré con algún sentimiento seguramente hasta que nos volvamos a ver. Yo espero que pronto.

“.. yo estudio periodismo, quiero ser periodista, y en mis ratos libres, que no son muchos, me gusta escribir o jugar cualquier tipo de deportes, no todo es fútbol.. “

Tres amigos y yo estamos regresando la tarde del jueves veintinueve desde Ica con destino a nuestros baños. Ya quiero regresar a mi casa, a mi cocina, a mi cama. Abrazar a mi mamá, comer cochinadas y saber si son verdaderas las pachotadas que ha dicho García en su mensaje de este año. Todo lo contrario a la realidad que he visto en Nasca. Quisiera dormir un rato para que el viaje se pase más rápido, como mi compañero de viaje que parece no querer su saliva allá en el nirvana, pero ando mirando para todos lados a ver si es verdad que suceden tantos accidentes en la carretera como dicen en las noticias. Si llego a publicar esto es porque logré bajarme de este bus sano y salvo, si no es porque hay cosas que, bueno, escapan de la razón y la lógica. Como algunas cosas que viví en Nasca.

Gracias.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
siete de diez

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