Son cositas

He tenido peores días, no creas que eres especial. Días, por ejemplo, en los que he probado de la misma mano de la injusticia diversos manjares dolorosos e inexplicables. Días que me hicieron entender que no soy nada frente al universo, no opino, no valgo, no cuento, no juego. Días que no debieron serlo porque el sufrimiento no puede durar tanto, porque el cuerpo humano no puede resistir tan duros golpes, porque la vida no fue hecha para ser acribillada por las puntiagudas púas del horror, porque la naturaleza humana tiende a sonreir y, cuando no se puede, se hace lo imposible, y lo imposible suele suceder. Te usaré una vez más, querido blog, para liberar toda la furia contenida en este pechito mediante la largura de mis dedos. Te usaré como terapia, sí, como siempre te he usado. Porque me siento en la obligación de expresarme para liberar un poquito de rabia, y hoy quiero hacerlo. Hoy debo hacerlo. Hoy tengo que hacerlo. Mil veces me han derrotado pero no he aprendido mil le...