La encontré en el camino

Hola otra vez. Ahora sí no sé si me escuchas o no. No hay fe que valga la intención. Ahora solo sé que no quiero saber nada. No quiero pensar en nada. En nada que no seas tú. Esta vez no pondré que no sé qué escribir. Sería mentirte y, tú sabes, no es mi estilo. Puedo escribir tantas cosas. Puedo escribir tantas palabras como gotas contadas al parpadear. Me hiciste descubrir que no soy tan fuerte como creía o, por lo menos, no en este tipo de situaciones. He llorado como un bebé. Y no recuerdo cuándo fue la última vez que lo hice. Debería haber un curso en el colegio sobre cómo enfrentar este tipo de perdidas. De qué me sirven ahora las matemáticas. De qué me sirve tener tantas cosas en la cabeza. ¿Acaso hay una fórmula para devolver la vida? ¿Alguna teoría para la resurrección? ¿Acaso hay algo así? Por qué tu. Dime. Por qué no yo. ¿Alguien donde estás podría darme la respuesta? ¿Alguien donde estás podría venir un ratito a decirme que estás bien y a darme un abra...